Torrebesses | 12 de junio de 2019 | 12:00h

Emili Pujol había explicado varias veces que uno de los lugares donde mejor se encontraba para trabajar era en su tierra natal, en el entorno del Mas Janet, entre los pueblos de la Granadella y Torrebesses. En esta casa, rodeado de una tierra áspera, con árboles frondosos, olivos plantados y trabajados entre los márgenes y bancales de piedra seca, era donde él se inspiraba para la creación y composición musical. En este recóndito lugar de la comarca de las Garrigues, sin agua corriente y sin luz, como un elemento más inmerso en la naturaleza, disfrutaba de los espectáculos que le ofrecía el día, los olores, el aire, los animales entre márgenes, el ruido de las hojas y las ramas de los árboles, el contacto de los pies descalzos con la tierra. Estas sensaciones que nos pasan desapercibidas, el maestro Pujol las incorporaba a sus obras y las presentaba en los lugares más destacados en el panorama mundial. Estos contrastes y el talento son los que hacen del maestro Emilio Pujol un verdadero personaje reconocido mundialmente en el campo de la música.